viernes, 10 de junio de 2011

Entonces los niños partieron, de vacaciones, rumbo a la montaña o el mar.
Cuando regresaron, el escultor les mostró el caballo terminado. Y uno de los niños, con los ojos muy abiertos, le preguntó:
-Pero... ¿cómo sabías que adentro de aquella piedra había un caballo?"
(E.Galeano, días y noches de amor y de guerra).